Mi viaje en Semana Santa de 2015

Saludos.

Este año es algo triste para mi hermana ya que su marido murió en febrero.  Para animarla, yo y sus dos hijas hemos ido a Barcelona durante la Semana Santa.

Estas son las fotos y algunas de nuestras experiencias.

Salimos de Las Palmas el 2 de abril a las 3 y media hora canaria y llegamos a Barcelona a las 7 de la tarde hora catalana.  Llegamos al hotel y empezamos a organizarnos la estancia tras salir a cenar y comer una pizza cada una,  

Selene, una obra en un parque cerca del hotel.

Diana para los romanos o Artemisa para los griegos, era la hija de Latona y la hermana de Apolo, siendo la reina de la caza. En la antigüedad se le llamaba Selene. Se entregaba a este ejercicio marcial de forma que pronto se volvió insensible a las delicadas inclinaciones que seguían todas las mujeres. Ninguno de los pretendientes que intentaron conseguir su amor pudieron lograrlo, y por eso se le otorgó a Diana el sobrenombre de casta.

A la mañana siguiente comenzó todo el tour.

Primero fuimos a ver el lugar que vivimos cuando mi hermana y yo eramos pequeñas y por supuesto y gran paseo por Las Ramblas y la Plaza de Catalunya. Aunque primero visitamos una iglesia que se encontraba también cerca y aprovechamos para dejar nuestra huella para la posteridad.

 

Resulta que no recuerdo su nombre

 Las Ramblas y la Plaza de Cataluña.

Mi hermana, mis sobrinas y un amigo Joel en pleno Paseo de Las Ramblas

Por supuesto, llegamos a La Boquería, el mercado habitual cuando eramos niñas.

Y cómo no, la visita obligada a La Sagrada Familia:

Al siguiente día, dimos un salto a Andorra La Vella.  Precioso todo el paisaje:

Sobrina y tía, posando junto al reloj obra de Salvador Dalí.

Yo salí fatal, mi sobrina es la joven y guapa. 

 De regreso, pasamos por los Pirineos Catalanes, un paisaje nevado y precioso, con algunos todavía esquiando.  Moral que tenían porque aunque el día era espléndido, hacía un frío de mil demonios.

Lo último digno de mencionar fue nuestra visita a Sitges pasando por la Presa del río Segre.  Y con esto finaliza esta pequeña crónica, con un gran sabor de boca y ganas de repetir experiencia.